No importa si tienes familia, si te has mudado al extranjero o si acabas de comenzar a trabajar, siempre puedes comenzar a ahorrar con éxito como hicieron estas cuatro personas. Solo necesitas motivación para hacerlo, un objetivo y un buen método.

No son historias descabelladas, heroicas o imposibles. ¿Te identificas con alguna?

Vida independiente, cuentas pendientes

La primera vez que Desilu Fajardo comenzó a vivir sola, su independencia económica no duró ni dos meses. Pese a los ahorros, se acabó gastando el dinero en cosas que realmente no necesitaba, por ejemplo, un robot aspirador.

¿Qué hizo que esta persona comenzara a ahorrar? Pensar en la simple idea de tener que volver a casa de sus padres... Ese miedo al fracaso la motivó para tomar las riendas de su economía. “Comencé a anotar TODO. Y hacia montoncitos de dinero que NO TOCABA para pagar todo lo necesario para sobrevivir.” Es decir, aplicó un método de gestión de finanzas en el que diferenciaba, a principio de mes, los gastos fijos, el ahorro, y lo que queda para ocio y compras . ​​​​​​​¡Así de sencillo!

Autónomo personal, autónomo profesional

Como muchos freelance, Cristian Sánchez vive de proyectos que vienen y van, por eso resulta difícil crear planes de ahorro estables. Sin embargo, se dio cuenta de que si destinaba de manera directa y sin pensarlo, un 10% de cada proyecto a una cuenta de ahorros, al final se iba acumulando dinero sin apenas esfuerzo.

Como autónomo, también se dio cuenta de que sus finanzas personales eran sus finanzas profesionales. En otras palabras, Cristian comenzó a auto-prestarse y auto-deberse dinero de sus ahorros. ​​​​​​​¡Doble motivación para seguir ahorrando!

De la consistencia al sueño material

Fanny Zarate nunca se había planteado ahorrar dinero hasta que unos compañeros de trabajo la invitaron a formar parte de una caja de ahorros. Todos los meses depositaba una pequeña cantidad de dinero y poco a poco, se fue acostumbrando a hacerlo.

Después de un año decidió qué hacer con todo ese ahorro: comprarse el coche de sus sueños. Sin pausa, pero sin prisa el ahorro se convirtió en un hábito, y su coche, en la mayor motivación, recompensa, y muestra de que sí se puede.

De la queja a la acción

Padre de familia, trabajador y con ciertas deudas a las espaldas, Miguel Salazar no sentía que tuviera ninguna posibilidad de ahorrar. Sin embargo, un día se dio cuenta de que le sobraban excusas y le faltaba un simple presupuesto.

“Otra de las razones por las que no iniciaba un ahorro, era porque subestimaba los montos”. Si no veía suficiente cantidad de dinero para ahorrar, no la ahorraba, desestimando la idea de que a largo plazo se acumulará. Así que, junto con su mujer, se detuvieron a hacer un presupuesto familiar y ahorrar cada dólar que les sobraba. Hoy en día viven mucho más desahogados.

Las dos claves para ahorrar de manera cotidiana

Aunque cada persona de estas historias de éxito en el ahorro es diferente, pero seguro que te has dado cuenta de que existen un par de puntos de conexión:

Motivación. Es importante saber por qué estás ahorrando. ¿Quieres dejar de preocuparte por tu situación económica? ¿Te apetece independizarte? ¿Estás esperando un bebé? ¿Te preocupa tu estabilidad económica y laboral? ¿Quieres ser más consciente de tus pautas de consumo? Sea lo que sea, es importante que conozcas tus motivos para poder ajustar tu plan de ahorro.

Consistencia. Aunque parezca poco dinero, cualquier gasto se acumula. Y por lo tanto, cualquier ahorro también. Si consigues mantener tus gastos a raya y comienzas a ahorrar poco pero de manera consistente, a largo plazo notarás la clara diferencia.

Y tú, ¿cuándo fue la última vez que conseguiste ahorrar?