Ana tiene 33 años y trabaja como profesora de idiomas en Madrid. Aunque sus jornadas son maratonianas, lo cierto es que su sueldo no es muy elevado para vivir en una ciudad como Madrid: su salario mensual ronda los 1.200 euros, de los cuales casi la mitad son para pagar el alquiler de su pequeño estudio en el barrio de Lavapiés. ¿Es posible ahorrar con tan poco margen? Ana nos explica cómo lo consiguió siguiendo el método de los seis cántaros:

“Vivir en Madrid puede ser realmente caro. Los alquileres están por las nubes: prácticamente la mitad de mi sueldo lo invierto únicamente en pagar el alquiler. A eso hay que sumar el resto de gastos fijos: la luz, el agua, la conexión a internet, el abono de transporte… y, la compra. Además, como es lógico, me gusta salir de vez en cuando a tomar unas cervezas o a cenar, por lo que llego a fin de mes muy ajustada.

Llevaba varios años viviendo prácticamente al día, nerviosa no solo por no poder hacer unas vacaciones como las que me gustaría, sino también por cómo afrontaría algún imprevisto que requiriese un considerable desembolso económico. Empecé a investigar cómo podía ir ahorrando cada mes de manera fácil para hacerme un pequeño “colchón”. Fue entonces cuando descubrí el método de los seis cántaros. Este sistema es una mezcla de sabiduría popular - es decir, la manera que probablemente me hubiera recomendado mi abuela para ahorrar en mi situación - y la economía más básica. Y funciona.

Consiste en dividir el presupuesto mensual en seis apartados o cántaros. O sea, tener pequeñas huchas con diferentes destinos:

Cántaro 1: gastos esenciales

Este es el cántaro más importante. Aquí van el 55% de mis ingresos (en mi caso, 660€) que se destinan para gastos esenciales o fijos. Esos que hay que pagar sí o sí, como el alquiler, la luz, el abono de transporte, etc.

Cántaro 2: ocio

Este es el cántaro de la diversión. Un 10% de los ingresos se reservan para gastar en ocio, como salir a cenar o al cine, por ejemplo. En mi caso serán 120€ que me permito usar para darme pequeños caprichos.

Cántaro 3: ahorro

Cada mes aparto un 10% de mi sueldo en cuanto me llega la nómina al banco para asegurarme de que voy a ahorrar ese dinero.

Con esos 120€ iré haciendo mi pequeño colchón para garantizar mi independencia económica. De hecho, no me permito gastar este dinero mientras no me sienta que cuento con cierta libertad financiera.Es decir, cogeré una parte de mis ahorros para gastar en una escapada de fin de semana, por ejemplo, siempre y cuando no deje este cántaro a 0.

Cántaro 4: formación

Dedico otro 10% de mis ingresos a formación para poder seguir creciendo en mi carrera y aspirar a mejores puestos con mejores sueldos. En este cántaro incluyo comprar libros, acudir a seminarios, hacer cursos… Todo lo que tenga que ver con invertir en mí como profesional.

Cántaro 5: imprevistos

Reservo otro 10% de mi sueldo para imprevistos o gastos más personales. Con este presupuesto pago las clases de yoga o estoy preparada por si mi ordenador se estropea o tengo que llevar a mi gato al veterinario.

Cántaro 6: regalos

En este último cántaro guardo un 5% (60€) para regalos y eventos. Todos los meses hay algún cumpleaños o celebración y no quiero que me pille desprevenida. También este pequeño presupuesto lo dedico a donaciones: cada mes dono 10€ a una ONG.

Si no gasto el presupuesto de alguno de los cántaros (¡no es obligatorio!), lo meto directamente en el 3, es decir, en el del ahorro y, así, voy ampliando poco a poco mis reservas. Llevo ya casi un año siguiendo este método y estoy muy contenta con mi manera de organizar mis gastos e ingresos, ¡todo un acierto!”